La minería y los minerales siempre han tenido un rol preponderante en las civilizaciones, desde la prehistoria en donde se utilizaban rocas y metales para armas y herramientas. Luego en tiempos de los imperios griegos, romanos y egipcios, gran variedad de minerales y piedras preciosas fueron extraídas para la construcción de palacios, templos y esculturas, pigmentos para arte y base fundamental de las armas que se utilizaban en las campañas de conquista de estos imperios. En el apogeo de los grandes imperios, y ya de lleno en la edad media, los minerales y metales extraídos, principalmente con la fuerza animal o humana, eran utilizados también para la acuñadura de monedas. En un intento de industrialización, utilizando la fuerza del agua, los cambios de temperatura o simplemente la pólvora, se logró extraer más minerales, principalmente aquellos puros o de alta concentración.
En América se tiene información de que la actividad minera es por mucho anterior al descubrimiento del continente, sin embargo, con este acontecimiento, la búsqueda de los mismos minerales que en Europa ya comienzan a agotarse y que sustentaban a los reinos, sumado a las exploraciones constantes a este nuevo territorio, es que se amplía el espectro, aparecen nuevos minerales y con ellos profesionales dedicados al estudio de estos. Según consta en diversos documentos, fue en una de estas expediciones, en la segunda mitad del siglo XVIII, en lo que ahora es el norte de Chile, región de Atacama, donde se recolectaron dos cajones de “arenas verdes”, que gracias al estudio realizado por el mineralogista alemán Friedrich Blumenbach, se logra identificar el primer mineral chileno, la Atacamita, publicado en 1797.
Con base en lo que presenta la International Mineralogical Association (IMA), fundada en 1958, posterior al descubrimiento de la Atacamita, y ya con mas de 200 años de historia mineralógica, se reconocen casi un centenar y medio de minerales descubiertos en nuestro país, a los que se les asigna la característica de Localidad Tipo (TL). Si vamos desde el norte al sur por región, estos minerales fueron descubiertos en su mayoría en antiguos distritos mineros, como por ejemplo, Santa Rosa de Huantajaya, Challacollo, Chuquicamata, Quetena, Alcaparrosa, distrito de Sierra Gorda, El Guanaco, Tierra Amarilla, Chañarcillo y El Indio- Tambo, principalmente. Por otro lado, cruzando la información contenida en el IMA más lo que aparece en otros sitios (mindat.org), publicaciones (Dana´s New Mineralogy 1997), se puede concluir que en Chile hay presencia de más de 700 minerales de los casi 6000 que se han descubierto en el mundo.
La minería en Chile ha pasado por diversas etapas, hoy por hoy nuestro país se destaca a nivel mundial por la producción de cobre, yodo, renio, litio, molibdeno, plata, sal, potasa, más muchos otros a menor escala. Es seguro que, con el avance de la tecnología, minerales que hoy esperan serán extraídos, nuevas especies mineralógicas serán reconocidas y pasarán a formar parte de nuestro centenario patrimonio.
15. Atacamita*), arena de cobre clorurado. (Fr. Arena verde de Atacama, muriato de cobre oxigenado).
Como arena verde esmeralda, de granos muy pequeños e irregulares; translúcida, vidriosa, da una hermosa llama azul y verde en las brasas. Contenido (según Fourcroy y Berhollet) = 52 Cobre, 10 Ácido clorhídrico, 12 agua, 11 oxígeno, 11 de arena de cuarzo, que no pudo separarse, 1 gas de ácido carbónico y hierro, 3 de pérdida. El lugar del descubrimiento se ubica al oeste de Sudamérica, en un pequeño rio del desierto de arena de Atacama, entre Perú y Chile.
VI.
*) He dado a este mineral de cobre, tan bello como raro y notable (que el Sr. Dombey trajo de su gran viaje sudamericáno hace doce años, pero que, según mis conocimientos, no ha sido descrito todavía por ninguno de nuestros mineralogistas alemanes en sus manuales), a falta de otro nombre, éste, de su lejana y hasta ahora única localidad, y lo he descrito exactamente según su naturaleza, tal como lo poseo en mi colección. Bajo gran argumento, algunos de los granos verde esmeralda parecen columnares, de pobre cristalinidad y tener una fractura longitudinal hojosa.
(Tra. M Hohf, 2023)